martes, 27 de enero de 2009

Cuando a veces algo pasa

No es frecuente que desayune piña con té ni que tan temprano ande yo enredando con repetidas palabrerías . El caso es que en este espacio semiabandonado, envuelto en una crisis nada coyuntural ni pasajera ni esperanzada, aparece por sorpresa un comentario que merece mi agradecido despertar, mi primer bostezo de martes. Nada obliga, nada pasa salvo cuando el prodigio -alguien prodigioso- tiene la atrevida delicadeza de tocarme para que la chamusquina de una falsa humildad acabe recibiendo un reclamado toque de veracidad. Gracias entonces por celebrar el encuentro, por considerarlo un privilegio. En caso de que lo sea es compartido. Gracias también por el error al apreciar el "nivel literario y humano"; es una Alegría comprobar que también los sabios veteranos se equivocan.

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